Se conocieron en Badoo y se enamoraron. Él le mandaba WhatsApps de "buenos días" y ella de "buenas noches"; se veían por Skype todos los días y se mandaban iconitos de corazones.
Cuando él se cansó, no quemó sus cartas, ni tampoco dejó de pasar por delante de la puerta de su casa, simplemente porque no sabía donde vivía (realmente no sabía nada de ella). Tan solo dejó de seguirla en Twitter, Facebook e Instagram.
SARA
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jueves, 20 de marzo de 2014
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